Hekate (Hecate
es la trasncripción del Latin, mientras que Hekate es la transcripción
del Griego) es la
Diosa de la magia, la hechicería, la noche, la Luna, los fantasmas y la
necromancia.
Su origen
está rodeado de misterio y es difícil establecer a ciencia cierta su
procedencia. De hecho, existen tres posibilidades.
Por un
lado, Hekate es identificada como una Diosa ctónica preolímpica, hija de Perses
y Asteria quién fue incluída por Zeus en recompensa por su ayuda durante la
guerra con los Titanes (Titanomaquia).
En la Teogonía, Hesiodo relata:“Hécate, a la que Zeus Crónida honró sobre todos y le procuró espléndidos regalos, la suerte de participar en la tierra y el mar estéril. Ella también obtuvo en lote la dignidad que confiere el estrellado cielo y es especialmente respetada por los dioses inmortales. [...] En nada la maltrató el Crónida ni tampoco le quitó nada de lo que recibió en suerte entre los primeros dioses, los Titanes; sino que sus atribuciones son las mismas que tuvo desde el principio”. (De aquí se entiende que Hekate era una Titanesa)
Otras
fuentes, las menos frecuentes, apuntan a Hekate como hija de Zeus y Demeter,
enviada por su padre a buscar a Perséfone
(Schol. ad Tleocrit. ii. 12). Otros sostienen que es la hija de
Zeus y Pherarea o Hera (Tzetz. ad Lyc. 1175; Schol. ad Theocrit.
ii. 36).
Existe la
posibilidad de que Hekate en realidad sea una divinidad originaria de Tracia y
que fuese incorporada al panteón Griego, lo cual explicaría las diversas
opiniones sobre su origen y parentesco así como algunos aspectos de su culto.
En dicha región, Hekate era realmente popular hacia el siglo 5 A.C como lo
demuestra un fragmento de un poema escrito por el poeta griego Píndaro a mediados
de dicho siglo:
“Era el
primero de mes cuando esto sucedió, y la Graciosa Hekate, la Doncella de
dorados pies, estaba así enviándonos un mensaje que ansiaba cumplimiento”
(Nota: el
primero de mes es una referencia a la Luna Nueva; la mención de los pies
dorados se relaciona con las frecuentes descripciones de Hekate vistiendo
sandalias de bronce, metal que paso a estar asociado a su culto por tal
motivo).
Otras
menciones de Hekate que se remontan aún más allá en el tiempo hasta el siglo 13
AC pueden encontrarse en las tabletas de la Edad de Bronce donde se la menciona
junto a Demeter y Perséfone. (Linear B tablet Tn 316, “Hekate in Ancient Greek
Religion”, Von Rudloff).
Existe
también la hipótesis de que Hekate pudo haber provenido de Medio Oriente pues
en algunas representaciones de esta Diosa
aparece acompañada de dos leones lo cual era típico en dicha región y
nos recuerda las imágenes de Inanna, Astarte y Cybele. Imágenes de Hekate
acompañada por leones han sido encontradas en frisos en su templo de Lagina,
monedas y algunas referencias posteriores de “Los Oráculos Caldeos” y el
“Papiro Mágico Griego” (Greek Magical Papyri que comúnmente aparece abreviado
GMP).
Se puede
agregar aquí como nota especial que hacia el siglo 5 AC, “Perses” traducido como
“Destructor” también se utilizaba para hacer referencia a “Persa”, persona
originaria de Persia. (Herodoto en su obra “Historias” explica que los Persas
habían recibido su nombre de Perses, hijo de Perseo). Se podría llegar a interpretar
como una posibilidad que Perses, el
padre de Hekate era considerado originario de Persia, Medio Oriente y que por
lo tanto la Diosa tuviese sus raíces en aquella región.
Por
último, un dato interesante con respecto al tipo de sacrificios que se le
ofrecían refuerza la teoría de su origen extranjero. Era habitual ofrecerle a
Hekate perros como ofrenda y dicha práctica sólo se encontraba en relación a
dioses no pertenecientes al panteón griego en origen pero que habían sido
incorporados al mismo. Los sacrificios comunes ofrecidos a las deidades griegas
consistían en bovinos, cabras, ovejas y cerdos por lo que cualquier deidad que
recibiera otro tipo de animal como sacrificio evidenciaba en esta forma su
carácter foráneo. (“What is new about Greek sacrifice?”, Franz Graf).
Quizás
con el tiempo se pueda dilucidar más claramente su origen, lo cierto es que
mucha información se ha perdido con el
transcurrir de los siglos y sólo podemos intentar reconstruir la historia con
las piezas que perduran hasta nuestros días. Quizás su historia sea uno más de
los misterios que Ella posee.
Bibliografía:
“Teogonía”,
Hesiodo.
“Hekate
Liminal Rites”, Sorita d’Este & David Rankine.
Carolina Anmell
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